miércoles, 1 de agosto de 2012
Dieta persona activa
La población en general tiene clara la idea de que conviene seguir una dieta variada y equilibrada. Pero diversos estudios han demostrado que la percepción de cada persona sobre una alimentación correcta es distinta. Estas discrepancias, han llevado a las autoridades sanitarias de cada país a crear unos programas de educación alimentaria. Su finalidad es conseguir mejorar la ingesta alimentaria de la población a través de recomendaciones comprensibles y fáciles de llevar a la práctica.
Entre los distintos tipos de estrategias de intervención en la población surgen las guías alimentarias. Éstas traducen la ingestas recomendadas de nutrientes y los objetivos nutricionales (expresados en términos numéricos) a un lenguaje más comprensible y asequible.
La base sobre la que se formulan relaciona diferentes patrones de consumo alimentario, es decir, de riesgo o protectores de salud, y su intención es alcanzar de manera progresiva una ingesta nutricional correcta.
En estas guías, las recomendaciones se expresan como alimentos y raciones. Los alimentos se agrupan según su similitud nutricional. Su representación gráfica permite distinguir los alimentos según la frecuencia de consumo recomendada (a diario, veces a la semana, ocasional). Estas guías resultan prácticas y facilitan la elección de alimento, permitiendo conseguir menús más atractivos y fáciles de adaptar.
Existen numerosas representaciones en forma gráfica: la rueda de alimentos, pirámides, tablas,…según las características de cada país.
En España la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria) en 1999 editó las primeras guías alimentarias para la población española en forma de pirámide cromática. Esta pirámide de alimentos fue creada a partir de una propuesta basada en el concepto de dieta mediterránea como modelo alimentario equilibrado.
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